Este estiramiento se realiza generalmente en pacientes entre las edades de 35 a 65 años para minimizar los efectos visibles del envejecimiento aunque también puede ayudar a personas de cualquier edad que han desarrollado líneas de expresión debido al estrés, la actividad muscular o que poseen cejas gruesas y pesadas.
A menudo se combina con una blefaroplastía y otros procedimientos faciales para lograr una apariencia más joven y armoniosa. Muchas veces los pacientes piensan que necesitan cirugía de párpados y luego notan que un estiramiento de frente complace más sus necesidades estéticas.
Procedimiento no quirúrgico:
Los pacientes más jóvenes que quieran utilizar algo menos invasivo en la frente pueden intentar Botox®, Restylane® o injertos de grasa.
Sin embargo, estos procedimientos deberán repetirse entre cada 4 a 6 meses. Por tal razón no se recomiendan a personas que busquen un resultado más permanente.
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